Avaricia, propulsora de la esquizofrenia colectiva
- Inhar Bikandi
- 15 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 ene 2022
Entiendo la sociología como un cerebro compuesto por un conjunto de individuos que interactuan como neuronas.
Para valorar su salud mental, comprendo que colectivamente dicho cerebro, sufre de esquizofrenia cuando existen hechos que denotan claros síntomas de esquizofrenia en su estado más grave.
En hechos como guerras donde se matan entre sí, por defender invenciones imaginarias.
Donde hay guerras en las que masacran masivamente a civiles inocentes, para luchar por su religión, ofendidos por blasfemias, o por su patria territorial y el nacionalismo. Tras ello la avaricia o el negocio.
Por dinero y riquezas, saqueo de tierras y materias primas, invasión de aduanas para imponer sus impuestos fronterizos en ellas, y beneficiarse de la mano de obra de personas que esclavizan bajo la necesidad, provocando su miseria y coaccionando a punta de pistola.
El segundo hecho que denota otro claro ejemplo de esquizofrenia colectiva en su estado más grave es, la autodestrucción.
Una autodestrucción no accidental, pero si esquizofrenica, ya que colectivamente y dirigidos por la avaricia de ciertos individuos, buscamos la prosperidad en el crecimiento económico. Dicho camino hacia el crecimiento económico, no nos lleva a la prosperidad, ni tampoco a una mejor calidad de vida, sino a la esclavitud propia y a la autodestrucción de la habitabilidad del planeta en la naturaleza, extinción de especies vivas de la fauna y la flora, destrucción del medio ambiente y su ecosistema.
Por tercero están los ciclos del capitalismo, y la influencia de los capos del mercado en el volumen de dichos ciclos.
Observo ciertas similitudes en dichos ciclos, con el desarrollo y evolución de los brotes sicoticos en un individuo.
El proceso es el mismo, al inicio del ciclo comienza a crecer la economia, y con ello las esperanzas, espectativas positivas, aspiraciones, ilusiones, pero también derroches, despilfarros de bienes, deudas, préstamos ilimitados, etc.. Todo va en aumento, hasta que la inflación dificulta su continuidad, las deudas tocan techo y antes o después, toca recortar, cerrar el grifo del dinero, y comienza a caer la economía hasta casi su punto inicial.
Éste ciclo podría ser común, si fuera en cierta medida algo más estable. De la misma manera que la vida de cualquier ser vivo emocional, que sienta sus pequeños altibajos. La gravedad está en el volumen de dichos ciclos, donde ciertos individuos adinerados, con su capital y sus influencias, afectan de modo antinatural al ciclo, haciéndolo elevar de forma desmesurada, imprimiendo más billetes, bajando tipos de interés a cero, o abriendo el grifo de dinero por encima de sus posibilidades. Para luego provocar una caída más fuerte y debastadora.
Afectando al resto de la ciudadanía, en su economía, provocando un empobrecimiento de la calidad de vida en los ciudadanos en quienes dependían del dinero y la salud mental termina afectada también colectivamente.
Esto es, la avaricia es el trastorno que incrementa la volatilidad del brote sicotico colectivo. Es la culpable del grado de su esquizofrenia. Además, está conectada con los otros síntomas, porque cada vez que hay una crisis económica fuerte, aumentan las guerras y la crueldad de éstas.
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