LOS BULLYERS TAMBIÉN LO PAGARÁN

Cómo comienza el Bullying y cómo termina.

El bullying comienza cuando ciertos individuos cobardes comienzan a acosar a un sólo individuo entre todos. Suelen escoger al solitario porque a lo que realmente temen las sociedades, es a la marginación. Temen ser excluidos del grupo, a ser discriminados. Irónicamente temen ser lo que le hacen ser a quien discriminan.

Entonces, eligen al individuo, al más solitario, porque el que va siempre sólo no toma parte de ningún grupo, y por ende no será defendido por nadie, piensan que meterse con el que va sólo no está penado, o no está mal visto por nadie. De hecho, es más fácil burlarse del solitario que inventar un tema de conversación dentro de un grupo, donde en dicho grupo o sociedad, predomina el miedo.

A corto plazo las burlas hacía el individuo solitario y vulnerable, les puede parecer un pasatiempo divertido, pero a largo plazo les comienza a incomodar la presencia de su víctima. Los cometidos y los daños están hechos, pero del mismo modo que eligieron con cobardía atacar al individuo más indefenso, ahora tampoco tendrán valentía para hacer frente a su culpabilidad.

Los acosadores y sus cómplices, tratarán de negar su culpa devolviéndosela a su víctima, e incluso buscarán razones para justificar el maltrato grupal hacia su víctima. Con el tiempo sentirán más odio y esto seguirá hacia delante. Los bullyers le echarán la culpa de todo aquello que odian, y mentalmente irán acumulando cada vez más odio en la reputación que poseen de su víctima en sus mentes. Como si se tratara de una bolsa enorme de la basura, donde van incluyendo todo lo que les repulsa, para terminar identificando en cada detalle de su víctima, todo el odio engendrado hacia el individuo.

Su respirar, su voz, su andar, su olor y cada detalle de su esencia, se convierten en las mentes de los bullyers en un surtido virtual que les provoca sensaciones de irritabilidad.

Llegan al extremo de ser incapaces de dejar de odiarlo, puede ser tarde para dejar de irritarse cada vez que le perciban, y peor lo pasarán cuando tras abusar de su víctima, su presencia en cualquier momento y en cualquier lugar, les seguirá recordando los cometidos horrorosos y vergonzosos que alguna vez cometieron. Junto a esto, el odio no será en verdad hacia la víctima, sino hacia sí mismos por la culpabilidad y la vergüenza que les seguirá incomodando si remordimientos tienen, y la víctima hace visible el maltrato recibido.

Detrás de cada acto con gran maldad, hay personas con grandes carencias y las carencias no dejan de ser las mismas de siempre; las de... Dime de qué presumes y te diré de qué careces.